Invierte tu vida en tu llamado.

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Muchos son los hombres que pasan sus vidas haciendo cosas que realmente son buenas, pero que en esencia no son las que Dios preparó para ellos. No pierdas más tu tiempo. ¡Tu Creador tiene algo que espera por ti!

¿Qué valores son importantes para ti en tu vida? ¿Acaso sabes que una de las cosas más peligrosas en la vida es el hecho de desperdiciar el tiempo? Se dice que el tiempo es un atributo que nunca vas a ser capaz de poder capturar. Una vez que has perdido el tiempo, se ha perdido para siempre. Lo que has vivido ya no lo puedes volver a vivir. Así que la mejor cosa que puedes hacer con el tiempo es usarlo de una forma en que pueda darte el máximo rendimiento y los más grandes resultados. La mejor manera —la única manera— de poder usar el tiempo de una manera efectiva es hacer lo que debemos hacer y hacerlo en el tiempo en que estamos supuestos a hacerlo. La efectividad no significa solo hacer buenas cosas, sino más bien, hacer las cosas correctas.

Ha de ser terrible el estar ocupado haciendo todas las cosas equivocadas durante toda tu vida. ¿Acaso no ha de ser triste el que una persona sea seria, dedicada y fiel, pero hacia las cosas equivocadas? Es posible hacer aquello que es bueno, pero que también no es correcto. Lo que quiero decir es esto: es posible hacer cosas buenas, pero que no son las mejores cosas, basadas en los propósitos que Dios tiene para ti. Una de las armas más grandes que el diablo ha tenido en contra de mi vida, es el hecho de tenerme muy ocupado haciendo cosas que son buenas, pero que no son correctas, y que no son las mejores cosas para mí.

Busca tu propósito
Dios nos creó a cada uno de nosotros con un propósito. Ese propósito es lo qe es correcto para nosotros. Supongamos que Jesús se hubiera convertido en un sacerdote perteneciente al Sanedrín, el cual era el más alto concilio y tribunal de los judíos. Eso hubiese sido una cosa muy buena. Supongamos que Jesús se hubiera convertido en un miembro de los saduceos, y que hubiera sido uno de los líderes de la estructura social de Galilea y de Judea. Eso hubiera sido una cosa muy buena. Supongamos que Jesús se hubiera convertido en un trabajador social, ayudando a los pobres, realizando cruzadas masivas, alimentando multitudes de gentes todos los días con pan y con pescados. ¿Acaso eso no hubiera sido una cosa muy buena? Seguro que sí. Pero no hubiese sido la cosa correcta que Él tenía que hacer.

Hubo un tiempo cuando Jesús comenzó a decirle a sus discípulos que Él tenía que ser crucificado. Ellos no querían oír eso. «Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá!» (Mateo 16:22). La reacción de los discípulos ante el propósito de Jesús fue: «Te reprendemos. Quita ese pensamiento de tu mente. Tú no vas a morir». Pero Jesús volteó, y los reprendió por tener una perspectiva muy pobre y muy corta. «Pero volviéndose él, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres» (v. 23). Jesús estaba diciendo, de hecho: «Yo sé para qué nací. Yo conozco el propósito para mi vida. No me distraigan con cosas que solo son buenas. Yo debo buscar el propósito más alto».

Una de las razones de por qué Jesús conocía su propósito era que continuamente buscaba a Dios, y estaba en continua comunicación con Él. Ese es el modelo que cada uno de nosotros debe seguir. ¿Por qué? Es peligroso vivir sin Dios. Si no conoces a Dios, nunca vas a conocer la razón o el motivo de tu existencia. Y si nunca vas a conocer la razón de por qué naciste, puedes vivir una vida completamente equivocada. Yo no dije una mala vida. Hay muchas gente buena que busca relaciones, profesiones y metas en la vida, las cuales no son lo mejor para ellos.

En lo que debemos preocuparnos es el hecho de vivir en forma efectiva. La única manera de poder vivir una vida llena y completamente realizada es por medio de conocer el porqué o la razón de que hayas nacido.

Cumple tu propósito
¿Alguna vez se te ha descompuesto el automóvil cuando te encuentras exactamente en medio de todo el tránsito? Sales del automóvil y tienes ganas de patear una de las llantas. Lo único que quieres es maldecir ese automóvil porque no está cumpliendo con el propósito para lo cual fue creado. Era nuevito. Se veía fantástico. Tenía magnífica pintura. Pero ya no pudiste manejarlo. ¿Qué es lo que hace que te enojes con el automóvil? Es muy simple: el propósito del automóvil era transportarte, darte movilidad; pero el automóvil no te lleva a ningún lado. No importa qué tan bien se vea; debido a que no funcionaba, no cumplía su propósito.

Muchos hombres son como ese vehículo. Se encuentran parados en medio del tránsito, y ni siquiera se dan cuenta de ello. Pasan sus vidas y hacen cosas que se ven buenas, pero no conocen a Dios, o conocen muy poco acerca de Él y sus caminos.

Tenemos que darnos cuenta que las buenas obras no son un sustituto para la justicia. El conocer y cumplir tu propósito es la única manera de hacer lo que es correcto. Recuerda un versículo fundamental: «Muchos son los planes en el corazón del hombre, mas el consejo del Señor permanecerá» (Proverbios 19:21). Una de las razones por la cual este versículo es tan importante es debido a que mucha gente planea usar las obras de caridad o beneficencia como su boleto para llegar al cielo. Dios no se impresiona con todas las cosas buenas que podemos hacer. Él espera que hagamos lo que nos ha pedido hacer en primer lugar.

El descubrir nuestro propósito nos capacita para dejar de desperdiciar nuestras vidas y comenzar a cumplir nuestro propósito con todo nuestro potencial. Sin embargo, es entonces que debemos ser muy cuidadosos de no desviarnos a lo largo del camino. La manera más grande de destruir a alguien es desviar a esa persona de su verdadera propósito. Algunas veces la gente hace esto descuidadamente, tal y como vimos en el ejemplo de Pedro y de Jesús. Sin embargo, ya sea que la gente trate de distraernos de nuestras mejores o de nuestras peores intenciones, debemos aprender a permanecer firmes en el propósito para el cual fuimos creados.

Yo sé que no es fácil poder mirarte concienzudamente a ti mismo, pero es necesario si es que quieres descubrir tu verdadero propósito en la vida.

Vas a estar muy ocupado haciendo obras de verdadero significado, una vez que aprendas el porqué estás aquí. A los doce años de edad Jesús ya estaba ocupado en su propósito. ¿Acaso no es esta una manera muy excitante de vivir? No te rindas ante el hecho de hacer cosas buenas. No importa cuál sea tu edad, ocúpate en la cosa correcta.

Tomado del libro: Entendiendo el propósito y el poder de los hombres de Editorial Whitaker House

Myles Munroe

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