De los sucesos de Herodes, y de la venganza del Águila de oro que robaron.
Principio fue de nuevas discordias y revueltas en el pueblo, la partida de Arquelao para Roma; porque después de haberse detenido siete días en el luto y llantos acostumbrados, abundando las comidas en la pompa a todo el pueblo (costumbre que puso a muchos judíos en pobreza, porque tenían por impío al que no lo hacía); salió al templo vestido de una vestidura blanca, y recibido aquí con mucho favor y con mucha pompa él también, asentado en un alto tribunal, debajo de un dosel de oro, recibió al pueblo muy humanamente; hizo a todos muchas gracias, por el cuidado que de la sepultura de su padre habían tenido, y por la honra que le habían hecho a él ya como a rey de ellos; pero dijo que no quería servirse, ni del nombre tampoco, hasta que César lo confirmase como a heredero, pues había sido dejado por señor de todo en el testamento de su padre.