El fue dado al cristianismo cuando éste se hallaba en los
primeros momentos de su historia. El cristianismo, en verdad, no era débil, y ningún hombre puede ser considerado como indispensable para aquel, pues llevaba en sí mismo el vigor de una existencia inmortal y divina que no podía menos de revelarse en el curso del tiempo.
Relacionado: http://estudiosbiblicoscristianos.net/las-misiones-cristianas/misiones-cuando-el-servicio-a-dios-implica-todo.html