Un Ministerio Ideal.

LA MAYORDOMÍA Amados hermanos –podría incluso decir con Pablo: «Hermanos míos amados y deseados»– me produce un intenso deleite mirar de nuevo vuestros rostros; y al mismo tiempo siento la carga de una solemne responsabilidad al tener que orientar vuestros pensamientos en esta hora, para dar la pauta de nuestra solemne Conferencia. Pido vuestras continuas […]