¿»Técnicamente» vírgenes?

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Hasta dónde Dios permite y hasta dónde no. Hay algunos conceptos no muy claros que pueden provocar serios conflictos.

¿Firmaste una promesa de abstinencia? ¿Te consagrás a abstenerte de la relación sexual hasta el matrimonio? Si es así, bravo. La abstinencia antes del matrimonio no es el único plan que Dios tiene para el sexo, también es la manera de evitar embarazos y ETS (enfermedades de transmisión sexual) el 100% de las veces, ¿verdad?

Investigadores de las universidades de Yale y Columbia descubrieron que los adolescentes que prometían abstinencia hasta el matrimonio tenían tantas posibilidades como sus compañeros de contraer una ETS o de descubrir que ya tenían una. ¿Qué? ¿Cómo es posible?
La verdad que es que aquellos que prometen abstinencia son más propensos a tener sexo oral y anal que otros adolescentes que no han hecho esa promesa. ¿Sorprendente? Supongo que eso depende de tu vida sexual.

Muchos adultos temen hablar de ella, porque parece demasiado espeluznante. Pero si queremos ser honestos con nosotros mismos y con Dios, debemos ser honestos acerca de nuestra vida sexual.
¿Por qué cada vez hay más jóvenes “técnicamente vírgenes” –es decir, que creen que aún son vírgenes porque no han tenido contacto físico sexual que involucre los genitales– que tienen más encuentros sexuales? ¿Y qué cree Dios acerca de los jóvenes declarados “técnicamente vírgenes”?

Dios prohíbe la inmoralidad sexual, ¿no es cierto? En 1 Corintios 6:18 dice: “Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan afuera del cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo”. ¿Qué es el coito sexual? ¿El sexo sin coito es igual de malo o es un buen juego que podemos jugar antes de casarnos? Para comprender tu sexualidad, necesitas comprender tu postura frente al sexo. Necesitas decidir aquí y ahora qué es el sexo y qué no lo es, y qué es lo que Dios permite y lo que no permite.

Satanás es el maestro de la sutileza. Él adora enfatizar las diferencias sutiles de las cosas, para que nos confundamos y comencemos a pecar pensando que no estamos haciendo nada malo. Y él nos ha confundido muy bien en el mundo del sexo. Nos confundió haciéndonos creer que el coito sexual –contacto físico sexual entre personas, que involucra los genitales de al menos una de las personas– es solamente la penetración; y que las cosas como la masturbación mutua o el sexo oral no están en la lista de pecados que Dios instituyó. Pero adivina qué. Esto es una mentira.

No voy a decirte dónde poner el límite con el otro sexo en tu vida. Ni siquiera voy a decirte que hay una línea, pero sí hay un Espíritu. Y ese Espíritu dice: “Ni siquiera des indicios acerca del sexo. Yo no voy a respaldarte”. Entonces sos vos quien debe decidir qué es dar indicios y qué no. Después de todo, tienes edad suficiente para tomar la decisión, y tienes la edad suficiente para sufrir las consecuencias de tus acciones, cualesquiera que sean.

Pero espero que, después de leer y pensar en esto, tengas alguna clase de “reunión de acercamiento a Jesús”, en la cual realmente empieces a pensar sobre cuánto has permitido que tu idea de sexo se distienda.
Como creyentes vivimos bajo estándares más altos que el resto del mundo. Creemos que nuestro Dios nos dio la verdad en las páginas de La Biblia, y debemos confiar en que si obedecemos esta ley todo nos saldrá bien. Él nos colmará de amor, misericordia y gracia. Confiamos en que si somos obedientes incluso en las cosas difíciles, Él nos honrará.

Dios bendice a quienes lo obedecen. Aunque parezca difícil en este momento, la obediencia a su Palabra no tiene precio. Decide ahora mismo si lo servirás a Él o al enemigo.

¿Serás obediente a su llamado a la pureza, o te rendirás a tus impulsos y a los estímulos del mundo para satisfacer tu carne y la carne de tu pareja? “La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual” (1 Tesalonicenses 4:3). ¿Serás obediente a su voluntad?

Tomado del libro: Técnicamente virgen de Editorial Peniel

Hayley DiMarco

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