«Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros,
teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un
ánimo pronto; y no como teniendo señorío sobre las
heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey. Y
cuando apareciere el principe de los pastores, vosotros
recibiréis la corona incorruptible de gloria (1 P 5:2-4).
En este pasaje bíblico elocuente, la Biblia establece
principios oportunos para el liderato de la Iglesia. Sin
embargo, ¿cómo podemos poner tales principios en práctica
de forma más efectiva? Como siempre, las santas Escrituras
suplen de por sí instrucciones claras, específicas y prácticas
al respecto.
Éxodo 18:13-22 nos llama la atención hacia algunos
problemas comunes en el liderazgo y ofrecen soluciones
muy efectivas y que honran a Dios.
Dependiendo De Dios
A medida que Moisés comenzó a guiar a Israel fuera de
Egipto, no pasó mucho tiempo antes de que cayera en la
trampa común del liderato: trató de ser el único líder de los
israelitas—de un grupo tan grande de personas. Moisés tal
vez asumió que debido a que Dios fue quien le llamó a tal
responsabilidad, que él era el líder indicado a realizar la
misma sin la ayuda de más nadie.
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Veo su programa todos los días…y agunos temas nos tocan.